2 de NOVIEMBRE : CACHO MANDRAFINA

Hoy es el turno de recordar al dibujante, ilustrador e historietista Domingo "Cacho" Mandrafina, que nació en Buenos Aires el 2 de noviembre de 1945.

Su pasión por la historieta se despertó desde muy pequeño, influenciada por la lectura de revistas como El Tony, Patoruzito y el Pato Donald. Sin embargo, reconoce que "lo fundamental fue Randall, de Arturo del Castillo". También estuvo influenciado por las obras del estadounidense Milton Caniff, además de Hugo Pratt, Alberto Breccia y Angel Borisoff.

Tras cursar estudios en el IDA realizó algunas historietas para varios sellos y publicaciones en los finales de los ´60 como “Patoruzito” o “Billiken” y también de la mano de Luis J. Medrano envía algunos trabajos para Estados Unidos.

Por medio de Lito Fernandez, de quien fue su ayudante, ingresa a la Editorial Columba, donde conoce al guionista Robin Wood, y también publica en Skorpio y Record. A mediados de los años ´70 produjo historietas, a través de un agente, para el mercado escocés.

A partir de allí potencia su carrera creativa con guionistas de la talla de Carlos Trillo, Enrique Breccia, Ray Collins y Guillermo Saccomanno entre otros. Entre sus creaciones aparecen: Savarese, Los misterios de Ulises Boedo, Historias Mudas para la revista Superhumor y más tarde las series “El Husmeante”, “Piñón Fijo”, “Peter Kampf lo sabía”, “Cosecha verde” (y su continuación El Iguana), “Spaghetti Brothers”, “Dragger”, “Metro carguero”, “Espartaco”, “El Golem”, “La Vuelta”, “Vieilles Canailles”, “El Conejo de Alicia” y “Republiqueta”.

Estamos frente a un dibujante de larga trayectoria, con un estilo sobrio y duro, ducho en el manejo de sombras, de trazo adecuado para el género negro, que es uno de los autores argentinos con mayor proyección internacional en España, Francia, Italia, Alemania y los Estados Unidos, desde mediados de los ´80 hasta la actualidad.

En una entrevista con Andres Accorsi, Mandrafina expresó: “Por lo menos en mi caso, el estilo es esa conjunción de cosas que se te van agolpando por acumulación de trabajo. Yo no soy un tipo reflexivo en cuanto al estilo, a buscar las técnicas que me resuelvan las cosas, sino que las voy resolviendo a medida que se me presentan los problemas”.